Llamamos tolerancia a la frustración a la capacidad para afrontar las emociones y adaptarse ante los fracasos o las negativas, ante situaciones en las que no se puede conseguir lo que se desea o se debe resistir a no hacer algo. Esta capacidad se adquiere con la práctica, tras proporcionar oportunidades para aprender a equivocarse y fracasar. Sin embargo, de una serie de fracasos inevitables se puede aprender lo contrario, desarrollando baja tolerancia a la frustración.


La baja tolerancia a la frustracion en personas con TDAH y cómo aprender a abordarla

La baja tolerancia a la frustración es frecuente en las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y se puede manifestar en alguno de estos síntomas en función de su edad:


  • Presencia de emociones fuertes en situaciones en las que está equivocado o no puede hacer lo que desearía. Estas emociones pueden ser enfado, inquietud o tristeza.
  • Rendirse fácilmente: Tienden a tirar la toalla ante los obstáculos o no intentarlo.
  • Sucumben a los impulsos: tienden a hacer lo que tienen ganas de hacer incluso cuando esto les causa un daño.
  • Anticipación de consecuencias negativas respecto a su actuación: tienden a pensar que fracasarán o que saldrá mal.
  • Temor o evitación de situaciones en las que interpretan que podrían ser difíciles.

TDAH en niños y niñas

En los niños y niñas con TDAH, esta baja tolerancia a la frustración se suele asociar a una madurez tardía del córtex prefrontal del cerebro. Sin embargo, numerosos estudios muestran que los síntomas propios del trastorno por déficit de atención e hiperactividad mejoran mucho con la edad, pudiendo llegar incluso a remitir.


Pero, aunque los síntomas propios del TDAH mejoren, la baja tolerancia a la frustración parece seguir presente en muchos casos. Según Biederman et al. (1993), la comorbilidad entre el TDAH y otros problemas psiquiátricos alcanza a un 75% de los adultos. Esto se resume finalmente en un ajuste y bienestar global de la persona inferior al de las personas que no padecen TDAH.


En el caso de los niños con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, enseñar esta habilidad supone un reto para padres y maestros, que tienen que aprender y adaptar su comportamiento a las características del niño. Este proceso suele resultar complicado de seguir, de modo que los niños frecuentemente acaban recibiendo más reprimendas que el resto de sus compañeros o carecen de límites y consecuencias. Ambas consecuencias son contraproducentes para el desarrollo de la tolerancia a la frustración:


- Cuando se dan una gran cantidad de fracasos repetidos en los que los intentos del niño por mejorar pasan desapercibidos o se califican como insuficientes, se crea una situación de indefensión aprendida. En estos casos el niño aprende que, aunque lo intente lo más probable es que falle y no consiga lo que se propone.


- Cuando el niño termina con la paciencia de padres y maestros estos pueden desistir en poner normas y consecuencias, de modo que el niño no tiene oportunidad de aprender a manejar las emociones ante las negativas.


En resumen, es cierto que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad tiene una base biológica que afecta a su capacidad para tolerar las frustraciones, pero a esta predisposición se le suma el aprendizaje del niño.


Las experiencias que el niño o la niña tiene con respecto a las dificultades suman gravedad al trastorno, pudiendo producir baja tolerancia a la frustración. Cuando el cerebro del niño madure y los síntomas propios del TDAH se reduzcan o desaparezcan, estas experiencias serán responsables de su bienestar y del desarrollo de otra psicopatología asociada.


TDAH tratamiento

Por ello es importante seguir las recomendaciones de los expertos en el periodo de desarrollo de los niños con TDAH. Estos son algunos pasos a seguir para prevenir el desarrollo de una baja tolerancia a la frustración en los niños con TDAH:

  • No mandes tareas que no pueda cumplir. Es preferible mandar tareas sencillas para aumentar su autoestima
  • Divide las tareas complejas en pasos, que se premien por separado. Esto le ayudará a mantener la motivación y su percepción de eficacia.
  • Establece normas y consecuencias claras ajustadas a su nivel de madurez. Es preferible poner pocas normas que se puedan cumplir que muchas normas que no se puedan cumplir.
  • Premia pequeños avances por fáciles que sean.
  • No juzgues al niño por errores del pasado o por sus características, céntrate en lo que ha pasado en el momento presente.
  • Evita los castigos, los gritos y las reprimendas. Anticípate y lleva a cabo la consecuencia que tenías prevista.
  • No significa no. Mantén una posición firme y unida ante tus normas, necesitan consistencia y estabilidad.


Para niños y adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se recomienda la terapia cognitivo-conductual. También se recomienda esta terapia para cualquier persona que tenga baja tolerancia a la frustración.

Acerca de la autora

Laura Méndez Corredera baja tolerancia a la frustracion - yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Baja tolerancia a la frustración y TDAH

Laura Méndez Corredera

Psicóloga General Sanitaria

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teléfono: 644496020

Hola, me llamo Laura Méndez Corredera y soy Psicóloga General Sanitaria y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental.

Mi Número de colegiada es AN-09870.

Graduada en Psicología y con un Máster de Psicología General Sanitaria además de un Máster de Neuropsicología clínica. También he llevado a cabo formación especializada en el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

En mi consulta de psicología en Sevilla Este me encargo de ayudarte a lograr tu bienestar, ofreciendo la mejor ayuda posible, comprendiendo el problema y apoyándote en el proceso con total confidencialidad y sinceridad.

Mi consulta es Centro Sanitario Autorizado por la Junta de Andalucía con NICA: 55931